Santiago, 13 de Noviembre de 2025 .- Tras nueve meses de negociaciones entre las organizaciones que agrupan a las y los Asistentes de la Educación de los Servicios Locales de Educación Pública (SLEP), el Gobierno y los ministerios implicados, se ha anunciado el cierre de la negociación para una Bonificación de Zona. Sin embargo, lo que hoy prevalece es un ambiente de opacidad e incertidumbre, donde los detalles del documento final siguen sin hacerse públicos y las bases del gremio mayoritariamente no conocen qué contiene exactamente el acuerdo.
Antecedentes del proceso
Como es de público conocimiento, el Ejecutivo estableció como condición que las seis confederaciones nacionales del sector asistente firmaran de manera unánime el acuerdo para que un proyecto de ley ingresara al Congreso. Esta mesa de negociación se instaló a comienzos de año y avanzó con propuestas presentadas en septiembre, cuatro simulaciones diseñadas por el Gobierno, una votación de las organizaciones que aprobó uno de dichos modelos, y una contrapropuesta intermedia finalmente aceptada por unanimidad.
Además, la glosa presupuestaria para 2025 ya anticipaba la elaboración de un proyecto de ley que “otorgue una bonificación a las y los Asistentes de la Educación de los SLEP, estableciendo nuevos parámetros según la zona en la cual se desempeñen y los montos sobre los cuales se calculará”.
Lo que sabemos… y lo que no
Sabemos que:
- El día martes 4 de noviembre de 2025 se realizó la reunión final del proceso negociador.
- Las organizaciones participantes aceptaron la propuesta del Ejecutivo para avanzar a un protocolo de acuerdo y al ingreso de un proyecto de ley.
- El acuerdo pretende reducir el número de asistentes excluidos (de más de 9.000 a cerca de 5.000) según lo que las organizaciones han reportado.
- Queda establecido que el próximo martes 11 de noviembre se firmaría el protocolo de acuerdo y el proyecto ingresaría al Congreso.
No sabemos que:
- El texto completo del acuerdo final (o del borrador del proyecto de ley) no ha sido hecho público para la mayoría de las y los asistentes.
- Los territorios exactos que serán incluidos, los montos definitivos de la bonificación, los criterios de cálculo, los tramos de exclusión o inclusión, y desde cuándo empezará a regir.
- Si el nuevo beneficio corresponderá exactamente a lo consagrado en el Decreto Ley 249 (artículo 7°) o si se trata de una fórmula distinta, temporal o acotada.
Este acuerdo puede considerarse histórico, en la medida en que las y los Asistentes de la Educación –un colectivo que por largos años ha reivindicado la cobertura de la Asignación de Zona– pasan de la expectativa a la formalización de una respuesta legislativa. Pero al mismo tiempo, la “historia” está escrita con signos de interrogación: al no conocerse el instrumento final, muchos de los beneficiarios sienten que entran en una zona de sombra, un “buker de la información”, donde la letra chica aún no se revela.
Si el proyecto se aprueba conforme a lo anunciado, las y los asistentes que trabajen en zonas geográficas especiales podrían ver un complemento salarial, lo que implicaría un reconocimiento explícito de su labor en contextos más exigentes. Pero también podría tratarse de un beneficio limitado, temporal o con criterios más restrictivos que lo esperado.
Relevancia para quienes prestan servicio en zonas como Huasco
Para asistentes que trabajan en comunas como Huasco (Región de Atacama), la expectativa es alta. Si su territorio queda incluido, podrían verse beneficiados materialmente. Pero mientras no se publique el listado de zonas, los montos y los criterios, persiste la inquietud sobre si quedarán excluidos o postergados.
Proyección y próximos pasos
- Martes 11 de noviembre se firmó el protocolo y se infiere que se ingresa el proyecto de ley.
- Luego, el texto debe tramitarse en la Comisión de Educación de la Cámara de Diputadas y Diputados, votarse en la Sala, y promulgarse.
- Solo tras la ley en vigor se despejarán muchas dudas: montos, retroactividad, aplicación, cobertura.
Entonces…
Este momento marca un avance significativo para las y los Asistentes de la Educación, pero también un desafío para la transparencia y la participación: la letra del acuerdo aún está oculto para la mayoría, generando tensión entre lo prometido y lo concreto. Hasta que se conozca el documento final, la negociación queda suspendida en la zona difusa de la información, y los beneficiarios permanecen atentos, expectantes y –en muchos casos– escépticos.
