La investigación, que contempló más de 600 estudiantes a nivel nacional, determinó que su ingesta aumentaría en un 600% la probabilidad de generar un sueño no reparador.
Un reciente estudio publicado en la Revista Médica de Chile, y que fue desarrollado por Kinesiología de la Universidad Santo Tomás (UST), detectó los principales factores de salud y estilos de vida que afectan en la calidad del sueño de estudiantes universitarios, advirtiendo que la falta de actividad física y el consumo de alcohol, afectaría en un 600% la probabilidad de generar un sueño no reparador.
La investigación identificó además otros factores de riesgo que inciden en la calidad del sueño, entre ellos: el sedentarismo, dolor corporal, las emociones y la salud mental. En este sentido, aquellos estudiantes físicamente inactivos y que permanecen más de 6 horas diarias sentados, cuentan respectivamente con 1,9 y 2,2 veces más probabilidad de tener una mala calidad de sueño. Por su parte, quienes duermen menos de 6 horas diarias, representaron 7,5 veces más de probabilidad. Por su parte, los universitarios que indicaron tener más dolor y menos función social presentaron 2,8 y 1,8 veces más de posibilidades.
En relación al estudio, que contempló una muestra de 651 estudiantes de distintas zonas del país, el director de Kinesiología de la Universidad Santo Tomás (UST) de Santiago y miembro del equipo investigador, Alexis Espinoza, destacó que los datos obtenidos representan un aporte para la toma de decisiones de políticas públicas y en las estrategias de intervención, con el propósito de mejorar la calidad del sueño en los estudiantes universitarios.
En cuanto a la importancia de la calidad del sueño en universitarios, Espinoza destacó que “para promover un sueño profundo y reparador, es esencial tener en cuenta una serie de conductas y hábitos saludables. Respetar un período de al menos 8 horas de sueño, evitar el uso de pantallas electrónicas antes de acostarse y realizar ejercicio físico de intensidad moderada son factores clave”, sostuvo
Además, recomendó evitar el consumo de bebidas que puedan estimular el sistema nervioso central, como la cafeína o energizantes, especialmente en las horas previas al sueño. “El ejercicio de alta intensidad justo antes de acostarse también debe ser evitado, ya que puede activar el cuerpo y dificultar el proceso de conciliación del sueño”, sostuvo.